Y porqué debo añadir una temática a mi próximo evento.
Venga, empecemos por el principio. Un evento temático es la celebración de un acto en el que existe un claro hilo conductor que unifica cada parte del evento creando un TODO.
Y diré aún más: un evento con una temática bien definida y establecida nos ayudará a conseguir los objetivos marcados que nos llevaron a querer organizar dicho evento. Ya sean divertir a los invitados, vender, crear una imagen concreta de una empresa o producto, inspirar, aparentar algo… lo que sea. Una temática nos aportará la narrativa necesaria para poder comunicar la historia que queremos contar.
El tema elegido puede ser, desde el típico “los 70’s” hasta algo tan simple como un color concreto. O, por qué no, una marca.
Un evento, una boda, una reunión, congreso o acto que queramos organizar, son una serie de piezas que deben encajarse para completar un todo único. Y, como un puzle, estas piezas deben conectarse en modo y forma, de manera suave y delicada, sin ejercer fuerza ni usar “un calzador”.
De nada sirve montar un puzle con piezas de diferentes cajas, ya que la imagen final sería completamente caótica y es posible que hasta difícil de mirar. Aunque igual no se olvidaba… Pero, ¿qué recuerdos queremos crear?
Los eventos temáticos pueden ser una forma poderosa de comunicar una historia, crear una experiencia memorable y dejar una impresión duradera en los invitados.
Imagina un evento con recepción, conferencias, cena y fiesta. La recepción decorada entera con girasoles, las charlas en un espacio que respira modernidad y llenas de logo corporativo, la cena sin más, una cena en un salón de hotel y luego una fiesta con luces y complementos neón. ¿Se entiende? Esto pasa más de lo que nos fijamos. Varias personas organizan varios actos que terminan uniéndose en un listado de actividades consecutivas en horario, pero que nada tienen que ver unas con otras, salvo que la gente que acude a ellas sí es la misma.

Soy fiel defensora de aplicar una temática a un evento. Hay mucho más, más allá de las bodas medievales, fiestas ibicencas y cumpleaños setenteros. Si te vas a casar, escoge algo que os represente, aunque sea una un estilo (romántico, urbanita, bohemio…). Si quieres dar a conocer tu empresa, propón una experiencia hasta el corazón de tu marca: demuestra quién eres.
¿Recordáis el programa de televisión en el que un wedding planner organizaba bodas temáticas casi sorpresa a una pareja que solo le daba unas pistas de lo que quería? Pues esto va de aquello, pero con sutileza. Si una pareja sueña con casarse en la playa pero viven en la montaña, no hay que llenar el salón del restaurante de arena. Quizás sea más conveniente utilizar una vajilla de cristal en los tonos del mar y decoraciones en madera natural, de esa que parece sacada de una playa. ¿No crees?

Que no digo que no se pueda organizar una boda vikinga de esas en las que hasta se pide dress code, porque se puede y de hecho a mí me encantaría ir como invitada. Pero estoy segura de que mi padre se echaría las manos a la cabeza en cuanto le dijera que el traje que tiene que llevar acompañándome al altar es una falda. Por eso creo firmemente en que se puede hacer las cosas de otra manera. Que puedes tener tu boda o celebración temática sin espantar a la abuela. Además. la aplicación de las temáticas de manera sutil te aleja de a posibilidad de organizar una horterada y, en cambio, puede hacer que tu evento suba de nivel y dejes a tus invitados con la boca abierta. Encuentra inspiration boards de bodas temáticas en el blog.
Otro día te daré unos consejos para poder aplicar correctamente la temática de un evento, pero hoy hemos desmontado el mito y creo que ha quedado claro que un evento temático no es por definición una fiesta de disfraces.
Foto cabecera: Ibolya Toldi


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